En lucha contra los arquetipos de la vida actual, no hay victoria, siento que finalmente me han rebasado. Espero mañana poder vestirme con mis Polos y mis Lacoste, y despues de ver esa última campaña, unos levi's 501.
Naa ya hablando en serio.. cuál fue el error de la industria cultural cuando nos vende una idea que podemos comprar o acceder y en donde finalmente uno se queda con ese sabor de no estar a la medida; es decir, es una idea imposible. ¿Eso es lo que querian relamente? Así no debía funcionar después de todo, dónde quedó la dulce idea del conzumismo.
Por otro lado, y por que hoy no estoy con ganas de estructurar lógicamente, algo mejor que clavarse con una canción, es encontrar que alguien bueno la remixeo, este fue el último que tuve
http://mx.youtube.com/watch?v=uDnNZgV6Rik
(?)
2 comentarios:
pasa que la dulce-idea-del-consumismo se funda en preceptos nada dulces.
Hace poco mas de una decada Giddens quiso adornar el cuentito con un toque de contenido-social, le hicimos caso a este posmodernismo relativo, mientras por otro lado el mercado y los neocons se cagaban en todas las conquistas sociales obtenidas a lo largo del siglo XX... de ello se alimenta el consumismo, camarada.
Vamonos a la peninsula escandinava, donde hay Estado-de-Bienestar-Social y a todo lo que se accede es a Annie, Natalie Nordnes, Datarock etc etc etc... ponele que nada puede salir mal ahi :p
Más que nada era una idea de este tipo, la publicidad puede rebasar cualquier intento de resistencia en la medida en que nos ataca en donde más nos duele, pero que al final de cuentas uno nunca o muy dificilmente llega a convertirse en esa imagen ideal...
No es que el conzumismo fuera dulce jaja, por que cuando te das cuenta de la paradoja te puede dar una crisis de desencanto..
Aunque el rollo tampoco es tan serio como parece..
Lo de la peninsula.. qué pedo eh con eso neta, le agregaría holanda, que sociedades tan bien logradas cuando un tortero rebanador de roast beef es un elemento digno miembro de la sociedad con csa propia e hijos en la uni... he ahí el dilema.
Publicar un comentario