martes, 16 de agosto de 2011

Épica de la hegemonía y la humildad




I

El 50,10% que sacó Cristina en las primarias de cara a las elecciones generales de octubre sorprendió a propios y extraños. En lo personal, no es que esperara una sorpresa. Para nada. Era obvio que iba a ganar con veinte puntos de diferencia, como mínimo, sobre el mamotreto atomizado opositor. Pero esa cifra tan simbólicamente poderosa que sacó junto a una diferencia de casi cuarenta puntos con el segundo me han dejado, al igual que a muchísimos, felizmente absorto.

II

La felicidad por esta ratificación tan contundente la siento, en lo personal, como una especie de revancha luego de aquellos años difíciles del 2008/09. Recordemos que tan solo hace dos años en muchos sectores de los poderes financiero, mediático y agro exportador daban a todo este proyecto y acción de Gobierno que empezó en 2003 como algo muerto,que en cuestión de un par de años se hacia borrón y cuenta nueva y chau kirchnerismo. Ni el sector agroexportador con sus lockouts, ni los grandes polos mediáticos como Grupo Clarín con sus vastos recursos sobre una sociedad ampliamente atravesada por los medios y ni la oposición política que ha accionado todo este tiempo como meras extensiones de los otros dos grupos de poder y sin ideas propias, ninguno de esos elementos del poder económico opositor ha podido disminuir al kirchnerismo ni a la inmensa gestión y construcción política que ha llevado a cabo en estos últimos dos años así como tampoco su capacidad para acordar apoyos con esa vasta y compleja constelación de agentes, corrientes y movimientos que es el peronismo.

III

Más allá de la perdida inconmensurable de Néstor Kirchner, ese gran mariscal de campo y representante de la victoria cultural en una clase política tradicionalmente derrotada frente a los imperativos del poder económico concentrado, el kirchnerismo, su gran creación, ha superado el desafío de echarse a andar sin su mentor. Ha avanzado con creces, de la mano de Cristina y todo lo que ella representa, en las victorias y en las caidas, sobre cualquier obstáculo puesto por quienes han pretendido recuperar el dominio sobre la agenda política vernácula durante estos últimos años. Se la jugaron en los peores momentos con la profundización de medidas de recuperación social económica universales y le han ganado en este round importantisimo a un relato político-mediático que ya se estaba tornando insoportable luego del micro clima creado a partir de las derrotas kirchneristas en la Ciudad de Buenos Aires y la Provincia de Santa Fe.

IV

Ganó la política territorial y ganaron las políticas sociales inclusivas y de ampliación de derechos civiles y laborales del kirchnerismo. Quizás la gente solo vota figuras en la política actual, pero hubo elementos ligados a la nueva etapa abierta por el gobierno en materia de profundización de sus políticas de recuperación económica, social y política que han operado fuerte en la jornada del domingo. Eso es lo que hace la diferencia con los dictados e imposiciones de la política posmoderna. El marketing político y los grandes medios pueden que sigan siendo vitales para llevar adelante una campaña (y bien lo saben en el Gobierno Nacional). Pero los hechos siguen ganándole en contundencia así como también aporta lo suyo la carga simbólica que este gobierno les da.

V

A través de la mera praxis política del día a día y el seguir incluyendo demandas de todos los sectores fue y es el medio del gobierno de Cristina para seguir presentándose como los mejores garantes posibles del modelo económico y social actual por cuatro años mas. No lo digo solo yo o los compañeros, lo han dicho de todas las clases sociales el 14 de Agosto. Estamos hablando de un resultado y un apoyo contundente de la mitad de la sociedad argentina a una manera de hacer las cosas. El ir construyendo poder de un modo que ha roto con una gran parte de las prácticas e imposiciones que han sido moneda corriente hasta 2003, así como también ha extendido continuidades. Como en toda transición democrática.

VI

Como dijo Cristina, mas allá de la aplastante e inedita victoria hay que seguir construyendo política desde el kirchnerismo con humildad. Como se vino haciendo desde 2003 y con énfasis desde los momentos de derrota en 2009. Ahora, en octubre y mas allá.

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